martes, 28 de septiembre de 2010

Sin máscara alguna

"El beso (Le Baiser), Nuevo México, 1982, es la imagen de una cabeza que ha sido partida exactamente por la mitad para que se le practique la autopsia, las dos mitades aparentando ser dos seres distintos en el acto de besarse. No hay máscara alguna. Witkin permite que los muertos asuman libremente la expresión que está impresa en sus rostros. Qué extraño y a la vez qué reconfortante. Un beso, inherentemente placentero y asociado con la alegría, desarma al espectador, aun cuando el entendimiento niegue la posibilidad de que esa cabeza pueda sentir algo. El que cada mitad de la cabeza esté consiguiendo lo que tenía en vida, su plenitud, aunque sea sólo metafóricamente, no disminuye la sensación de que así sea. Este hecho no hace que tenga menos fuerza. Claro que hay muchos otros niveles potenciales de significado, pero el suceso más importante de la imagen es la manera en que los muertos, frente a la razón, parecen respirar y comunicar."

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